El dato de avance del PIB del segundo trimestre publicado por el INE, que avanzó un crecimiento del 1,1% respecto al arranque del año -por encima de lo esperado- no ha variado las expectativas del Consejo General de Economistas respecto al comportamiento de la economía española en el conjunto del año. Los economistas mantienen su previsión de que la economía española crecerá un 3,9% en 2022 y que se desacelerará de forma significativa en 2023 hasta el 1,7%-1,8%, en buena medida porque entienden que España entre en recesión el próximo invierno con crecimientos intertrimestrales negativos en la recta final de 2022 y el arranque

Las previsiones de los economistas apuntan a que España no eludirá la amenaza de recesión que se cierne sobre la gran mayoría de las economías desarrolladas para el próximo invierno por el más que probable cierre del suministro de gas ruso y también por el efecto de las subidas de los tipos de interés que los principales bancos centrales del mundo han iniciado para poner la inflación bajo control. El Consejo General de Economistas no estima todavía el impacto que esta recesión técnica -se considera así cuando se encadenan dos trimestres consecutivos de crecimientos intertrimestrales negativos– puede tener sobre el empleo, pero su floja previsión de crecimiento para 2023 que se sitúa en la horquilla más baja de los institutos de previsión augura que tendrá un efecto significativo sobre el desempeño de la economía española el año que viene.

Pese a ello, el Consejo es optimista sobre el desempeño de la economía española durante el verano, en el que estiman que se alcanzarán los niveles de demanda anteriores a la pandemia. De hecho, han mejorado su previsión de cierre de la tasa de paro, que han reducido del 13,2% al 12,4% por el favorable comportamiento del empleo en el sector turísticos y por el efecto de la reforma laboral, que ha convertido decenas de miles de empleos temporales del sector turístico en fijos discontinuos, que no computan como parados en sus periodos de inactividad.

La última actualización de previsiones publicada este lunes por el Consejo General de Economistas sitúa ya la inflación media de este año en el 8,3%. A corto plazo, a los economistas les preocupa que los precios estén subiendo más rápido en España que en sus principales países competidores, un fenómeno que se suele vincular a una pérdida de competitividad de la economía. Los economistas entienden que en este contexto lo normal sería que los bancos centrales continuaran con las subidas de tipos de interés, aunque reconocen que sus efectos para el control de los precios serán limitados, al no tratarse de una inflación provocada por la demanda.