Por José Luis Gonzalez

¡Adiós Don Ramón!

Era el inicio de la primavera del año 1924. Solo 12 días habían transcurrido del mes de abril, de aquel año
bendecido por Dios, cuando el mundo terrenal vió llegar a una criatura de sexo masculino, el cual llevaría por
nombre Julio César. Fue el primogénito de una prolífica familia de 10 hermanos.
Fueron sus padres: Don José del Carmen Payano, (Can) y Doña Zoila María González. Dos padres humildes
trabajadores y amorosos, con temor de Dios, que dieron a sus hijos una crianza con valores y principios de
integridad, mucho respeto hacia los demás, rectitud y honradez.
Julio César Payano González, fue el mayor de los 10 hermanos, (6 varones y 4 hembras), todos criados con
valores de correcta formación. De estos les sobreviven 3, 2 hembras y el más pequeño de los varones. Como
costumbres de los dominicanos, sobre todo en los campos les ponen un sobrenombre y a Julio César le
llamaron Ramón, y para distinguirlo de los demás Ramón de su comunidad les pusieron el apodo de su papá,
una especie de apellido “Can”, así era llamado “Ramón Can”.
Don Ramón, desde pequeño se distinguió por su entusiasmo hacia las labores del campo. Amó la tierra y
dedicó toda su vida al cultivo de la misma. Fue Ganadero, Agricultor en sí y sobre todo Caficultor. El campo
era su vida y él le daba vida al campo. Hoy el mundo está ávido de personas como él.
Fue el mejor orientador de sus hermanos y amigos. Sus hermanos les consultaban cada paso, cada negocio,
cada idea y siempre recibían de él una sabia orientación, que venía de la vasta experiencia que le había dado
la vida en el discurrir de los años. En su andar por la vida, nunca se vio envuelto en disputas judiciales, por
haber violado alguna ley.
El nivel académico de Don Ramón, va acorde con aquellos tiempos, en 1924 no podía haber muchas
facilidades, para que los niños de gentes humildes del campo, pudieran fácilmente estudiar, no obstante,
sabía leer y escribir, quizás por eso su empeño, para ayudar a sus hijos en su preparación escolar.
Don Ramón tuvo 13 hijos, ocho varones y 5 hembras. No es una casualidad que casi todos son profesionales,
con carreras Universitarias. Los pocos que no llegaron a terminar una carrera Universitaria, se dedicaron a los
negocios y hoy en día han exhibidos muchos éxitos al respecto. Dentro de ellos los hay: Médicos, Abogados,
Agrónomos, Comerciantes, Profesores, etc. Y a todos ellos, la sociedad los mira con cariño y respeto.
Para no contradecir las enseñanzas de las sagradas escrituras, que reza: …” todo varón primogénito será
consagrado al señor”, Don Ramón fue un temeroso de Dios, alineado a lo que era la orientación religiosa de
su querida madre, Doña Zoila, en la doctrina del catolicismo.
Fue Don Ramón, un ejemplo de vida consagrada al trabajo y la correcta orientación de toda su familia. No era
perfecto, lo perfecto es inhumano, pero fue un extraordinario ser humano que pasó por esta vida y, nos dejó
bellos recuerdos sobre el buen vivir. Un sacrificio permanente del trabajo continuo, acostarse temprano y
levantarse en cada madrugada, para hacer rendir al máximo el tiempo de cada día en los avatares de la vida
cotidiana. “… honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la faz de la tierra…”
Fueron 99 años de existencia, para Don Ramón, eso es una gran bendición, es un regalo extraordinario, que
Dios les permite llegar a muy pocos seres humanos, en este mundo.

¡Descansa en Paz Don Ramón!
JLG 09/04/2023 -16/04/2023