Argentina y México llaman a respetar la democracia, mientras Colombia condena la decisión de Castillo y Brasil da la bienvenida a la nueva presidenta
Fue un primer momento de estupor y luego de espera. La velocidad con que se desarrollaban los acontecimientos en Perú apenas dio tiempo para ensayar algún tipo de reacción en las cancillerías de América Latina. El silencio fue general, con la única excepción de Argentina y México. El primero habló de “crisis política” y pidió el resguardo “de las instituciones democráticas”. El segundo llamó a “respetar la democracia y los derechos humanos”. El resto de los servicios exteriores prefirió esperar la suerte de la embestida de Pedro Castillo contra el Congreso y su posterior destitución parlamentaria.
Ebrard aseguró que Castillo evitó llamar a la Administración de López Obrador para pedirle su apoyo o algún tipo de asistencia. Sin embargo, el canciller mexicano explicó en una entrevista en la radio mexicana que si el político peruano pide asilo a México, el país norteamericano no se negaría. “Nosotros tenemos una política favorable al asilo, yo no creo que nos negaríamos. Si él lo pide, lo consideraríamos, no deberíamos de oponernos, pero no lo ha hecho”, dijo. Ebrard confirmó que algunos peruanos se apostaron a las puertas de la embajada mexicana en Lima temiendo que Castillo buscará asilo en la representación diplomática. “La verdad, nunca llegó, no sé si era su intensión”, dijo el canciller.
Chile, en tanto, habló en los mismos términos que Argentina y el canciller mexicano. En ningún caso hizo referencia a un golpe de Estado o nombró a Pedro Castillo. Mucho menos, la decisión del Congreso de destituirlo y su posterior detención. “El Gobierno de Chile lamenta profundamente la situación política que está viviendo la República del Perú”, difundió la cancillería chilena en un comunicado.
Como México, Chile también pidió por el respeto de “los derechos humanos y las libertades fundamentales” y reafirmó “su compromiso con la democracia y el diálogo como el camino para superar este complejo momento”.
El Gobierno de Brasil, aún encabezado por Jair Bolsonaro, “sigue con preocupación la situación política interna en Perú que condujo a la destitución constitucional del presidente Pedro Castillo por parte del Congreso”, según un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, informa Naiara Galarraga. Lula da Silva, el presidente electo del país, coincidió. Según su comunicado, sigue “con mucha preocupación los hechos que llevaron a la destitución constitucional del presidente”. “Entiendo que todo se desarrolló en el marco constitucional”, ha escrito Lula, que tomará posesión en Brasil el primer día de enero, y añadió: “siempre es lamentable que un presidente electo democráticamente tenga esta suerte”. Tanto Lula como Bolsonaro han deseado éxitos a la nueva presidenta, Dina Boularte. El presidente electo le ha prometido que su Gobierno “trabajará incansablemente para reconstruir la integración regional”.